ESPECIFICACIONES DEL OB-R 941 SINIESTRADO EN PUERTO INCA
DESCRIPCION DEL ACCIDENTE
Fecha:
24.12.1971
Hora : 12.36
Tipo: Lockheed L-188A Electra
Operador: LANSA
Registro: OB-R- 941
C/n: 1086
Año de compra
:1959
Tripulación : 6 fallecidos / 6 a bordo
Pasajeros: 85 fallecidos / 86 a bordo
Total: 91 fallecidos / 92 a bordo
Lugar: Puerto Inca (Perú)
Fase: Cruise
Naturaleza: Vuelo de Itinerario con Pasajeros
Sobrevivientes : Uno
Lima-Jorge Chávez IAP - Pucallpa (Número de vuelo 508)
Comentario:
Cerca de cuarenta minutos después de despegar el avión entró en una zona de fuerte turbulencia y con tormenta eléctrica (rayos) después de estar Volando unos 20 minutos en estas condiciones meteorológicas a FL210, un rayo impacto a la aeronave ocasionándole fuego en el ala derecha, desprendiéndola, con parte del ala izquierda. El avión se estrelló en llamas en un terreno montañoso. Una falla estructural ocurrió como consecuencia de las sobrecargas impuestas al vuelo de la nave a través de una tormenta severa, pero también como consecuencia del estrés resultante de las maniobras efectuadas para mantener estabilizado el aparato (Structural failure occurred because of the loads imposed on the aircraft flying through a severe thunderstorm, but also because of stresses resulting from the manoeuvre to level out the aircraft.)
Zona de impacto
Hacía unos 15 minutos que el avión se encontraba sometido a un continuo trepidar, desde que pasaron las estribaciones cordilleranas e ingresaron en la cuenca amazónica; Se habían introducido en un frente de tormenta que hacía dar bandazos al aparato, en todas las direcciones, inicialmente esto no causo mayor preocupación, pues esta ruta en esta temporada presenta este tipo de condiciones meteorológicas , sin embargo la situación paulatinamente se fue agravando y las sacudidas comenzaron a ser mas intensas, y el ruido de los motores se escuchaba sumamente irregular, pues la intensidad del viento hacia que el zumbido de las aspas también lo fuese, por momentos parecían frenarse, y en otros acelerarse, los pasajeros de los últimos asientos, en la cola del avión notaban estas oscilaciones con mayor intensidad, y la mayoría mantenían la vista hacia el frente, mientras se sujetaban a los brazos de los sillones guardando un temeroso silencio, o emitiendo gritos de temor ante las sacudidas , parecían encontrarse subidos en el lomo de un potro salvaje que cada vez corcoveaba mas agitadamente , como queriendo desprenderse violentamente de sus jinetes.
El Piloto Carlos Forno Valera mientras sujetaba con ambas manos el timón, venía notando una ominosa y desagradable sensación de vibración en los controles, los pedales le transmitían también la misma percepción, cada momento le resultaba mas difícil el mantener nivelada la aeronave , y cada vez que el horizonte artificial evidenciaba una pérdida de la horizontalidad, tenia que hacer fuerza sobre el timón para mantenerla, sin embargo la vibración por momentos se acentuaba y las alas parecían rebotar sobre las nubes, mientras la nave se deslizaba entre ellas, esporádicamente se dejaba entrever el verde oscuro de la jungla que parecía escaparse hacia atrás , ocasionalmente adivinaba el surco amarronado que labraba entre ella el Río Pachitea, el cual discurría a la derecha de la nave, casi paralelamente a su ruta, en esa misma dirección hacia el sur se podían ver intermitentemente entre los jirones de nubes, los cerros cubiertos de vegetación de la cordillera azul , que separaban las aguas del Pachitea de las del Río Ucayali
No los podía ver, pero frente a el cruzaban de izquierda a derecha Río Súngaro ( Sungaroyacu) que se abría camino entre los meandros que la jungla le facilitaba en el laberinto creado por unas montañas poco elevadas, cubiertas todas de una lujuriosa vegetación Indiferentes corrían cansinamente a depositar sus aguas en el Río Pachitea; Unos pocos kilómetros mas adelante, y en forma casi paralela al Súngaro, el río Shebonya hacia lo mismo , pero con un caudal inferior casi en un 50 % al del Súngaro, entre ambos ondulaban las montañas, y los árboles que las cubrían agitando sus copas violentamente ante el embate de la tormenta desprendiendo una nube de hojas que el viento arrastraba sin rumbo alguno, solo el peso de las gotas de lluvia las hacia depositarse entre la selva.
En condiciones normales ya habría establecido contacto visual con Pucallpa, sin embargo las nubosidades cada vez se hacían mas compactas frente a El, y siniestramente se levantaba una muralla de nubes negras que elevaban sus penachos desafiantes al cielo, y que engullía a la máquina en sus obscuras entrañas, de las que brotaban violentos destellos de luz que no presagiaban nada bueno.
Las nubes devoraron al L- 1 188 A de LANSA, el cual se clavó en ellas como un dardo metálico, desgarrando en obscuros jirones con su plateado fuselaje el vapor de agua condensado apretadamente, y desapareció del firmamento, como si nunca hubiese existido.
El interior de la nave se encontraba iluminado solo por las luces de la cabina, las cuales oscilaban intermitente al compás de las sacudidas, lo que ofrecía un espectáculo sobrecogedor, los destellos de los relámpagos de fuera se confundían con el parpadeo interno, destacando tan solo por su intensa luminosidad, semejaban los destellos de una macabra discoteca, donde la música la ponía el estridor de la tormenta y el ritmo los huracanados vientos que estremecían a su antojo la aeronave. Afuera parecía haber caído repentinamente la noche , las luces de los extremos de las alas parpadeaban intermitentemente haciendo guiños a la oscuridad , las fuertes ráfagas de aire continuaban agitando a su antojo al avión, a manera de pequeños y cortos baches que hacían saltar a los pasajeros de sus asientos y trepidar a las pequeñas bandejas que con un refrigerio habían distribuido las azafatas, las que empeñosamente recogían tratando de aparentar una tranquilidad y normalidad que no se resistía a la menor apreciación, los avisos luminosos de abrocharse los cinturones permanecían iluminados, y los pasajeros sujetaban sus extremos apretándolos a sus cuerpos mas intensamente, como quien se sujeta a la crin de una cabalgadura o al pomo de la silla de montar del corcel que trataba de desmontarlos, las sobrecargos retiraban presurosas las últimas fuentecillas vacías de las mesillas reclinables que se encontraban en los respaldares de los asientos, mientras que sus carritos traqueteaban nerviosamente con mas insistencia , y las turbulencias se hacían cada vez mas violentas.
Forno derivo el rumbo un ligeramente hacia el sur este tratando de encontrar un claro entre las nubes para evitar la tormenta, pero también tenia presente que en esa dirección estaban los picos de la Cordillera Azul, lo que limitaba su desplazamiento hacia esa zona, sin embargo la lluvia golpeaba cada vez con mas insistencia las ventanillas anteriores del avión. impidiéndole ver absolutamente nada, el limpiaparabrisas no se daba abasto para eliminar el agua que caía a manera de un bíblico diluvio sobre el grueso cristal, en todo caso, así esto no estuviese ocurriendo, las densas nubes se lo habrían impedido ,dentro de la cabina se había hecho mas intensa la oscuridad , y las luces de señalización de las alas burbujeaban entre la tormenta, y las aspas de las hélices se prendían desesperadamente al escaso aire que lograban atrapar, pese a sus esfuerzos no lograba estabilizar al avión el que oscilaba de derecha a izquierda sobre el eje de su fuselaje, el L 188 estaba perdiendo altura; su proa insistía en descender, sus ojos buscaban desesperadamente un claro entre las nubes, que le permitiera recobrar el control sobre la máquina,........ Si al menos cesara esa inexplicable vibración de los mandos que hacia sacudir a sus manos como presas de un repentino mal de Parkinson, y temblar a sus muslos que se sacudían epilépticamente, pese a sus esfuerzos por dominarlos.........
El copiloto, sentado a su derecha lo miraba con ansiedad , aferrando el timón desesperadamente con sus húmedas manos , mientras todo su cuerpo ejecutaba desgarbadamente una extraña danza al compás de las macabras notas de la tormenta, esperaba la orden de girar en 180 grados y regresar a Lima, abortando el vuelo, sin embargo sobre esta decisión, la que en otras circunstancias se habría tomado sin ninguna dilación, gravitaban otras motivaciones de índole no profesional, como el hecho del combustible ya consumido y el costo económico que traería consigo el regresar; Así como la tentadora proximidad del aeropuerto de Pucallpa, pues hacia ya varios minutos que habían superado el punto de no retorno, y se encontraban a escasos 15 minutos de vuelo de Pucallpa; Los otros itinerarios que aún esperaban cubrir ese día con la aeronave eran la otra responsabilidad que los agobiaba , Forno experimentado piloto estabilizo una vez mas la nave y simultáneamente trato de virar a favor del viento mientras buscaba con desesperación salir de la tormenta, confiaba en su pericia y en la resistencia del Lockheet Electra, y ambos le fallaron de manera estrepitosa.
Mientras la nave se encontraba en el seno de una nube, un rayo impactó sobre el ala derecha, el intenso destello lo cegó momentáneamente, a partir de entonces los hechos se precipitaron ominosamente, Forno intentó inútilmente nivelarla forzando los controles al máximo, y el ala derecha se desprendió con desgarrador ruido metálico, parte de la izquierda siguió el mismo camino, el fuselaje se fracturó, y ya sin control empezó a precipitarse a tierra, la suerte estaba echada
Una interrogante para la que hasta la fecha no he encontrado adecuada respuesta, es si el OB-R 941, contaba o no con Radar Meteorológico, y en caso de ser afirmativa la respuesta, tendríamos un factor a considerar adicionalmente, ya que el error de la tripulación, al no tomar en cuenta lo que este indicaba, implicaba un mayor grado de responsabilidad de su parte.
Momentos antes Teodoro Sumar, con su experiencia de piloto en la selva había percibido que se encontraban dentro de una tormenta tropical, pero muchas veces estas zonas de tormenta están limitadas a pequeñas áreas, por lo que se superan en algunos minutos, sin embargo la intensidad de la misma se acrecentaba y la fuerza huracanada del aire se hacía notar en toda la estructura de la nave, desplazándola de un lado a otro, por momentos la cabina se iluminaba con el resplandor de los relámpagos, mientras que la iluminación artificial del interior emitía sus destellos creando un ambiente fantasmagórico que no contribuía a la intranquilidad de los pasajeros, sus manos húmedas y pegajosas con un sudor frió ajustaron un poco mas su cinturón de seguridad y se aferraron a los brazos de su asiento, los que se le antojaron fríos y pegajosos, una sensación de asco seguido de intensas nauseas lo invadió, mientras cerraba los párpados y contenía la respiración; Por su mente desfilaron rápidamente las experiencias vividas en su familiar monomotor, donde habría tenido la oportunidad de decidir por si mismo, entre regresar a su punto de origen, o acuatizar en algún lago o río mientras pasaba la tormenta, recordó a la mujer que lo esperaba en Iquitos donde pronto celebraría su boda, y esto último le pareció como algo muy distante y quizá irrealizable , se sintió zarandeado pues la cola del avión no paraba de mecerse descompasadamente, sacudida por el embate de la tempestad, miró su reloj , este indicaba las 12.35, calculó los pocos minutos que les faltaban para llegar a Pucallpa, volvió a cerrar los ojos y deseó con todas sus fuerzas que el piloto a cargo de la nave hiciese lo correcto , y esta soportase lo prueba a que estaba siendo sometida, sin embargo un nudo frío se deslizo desde su garganta hasta el estómago, una sensación de impotencia lo invadió rápidamente, todos sus sentidos se aguzaron tratando de percibir cualquier señal que le diese una respuesta a sus preocupaciones.
Dentro del avión el miedo inicial dejo el paso a un pánico desenfrenado, los pasajeros se movían como muñecos, desarticuladamente, sujetos a sus asientos solo por los cinturones, los gritos y exclamaciones iban en un crescendo cada vez mas intenso. Una de las azafatas penetró con dificultad en la cabina del piloto, los bruscos movimientos del avión le impedían mantener adecuadamente el equilibrio, y con un dejo de angustia en la voz , trasmitió su preocupación y la de los pasajeros al piloto, Carlos Forno trató de tranquilizarla manifestándole que esta situación duraría poco tiempo, y le pidió que retornase a su puesto, sin embargo no lograba ser lo suficientemente convincente, mal podía transmitir esa sensación, cuando ni el la percibía..
Juliane se aferraba con toda su juvenil fuerza a la mano de su madre, mientras con ojos no separaba la vista de la pequeña ventanilla que la conectaba con el exterior, afuera, dentro del corazón de una negra nube la oscuridad solo era desgarrada por los relámpagos que azotaban el espacio, y sobre la lámina transparente de la ventanilla se deslizaban gruesas gotas de lluvia, dejando alargados surcos líquidos que el aire desprendía con violencia, pero venían otras y otras en su reemplazo, eslabonadas en una cadena que no tenia fin, los regalos y maletines del equipaje de mano de los pasajeros caían desprendidos de los receptáculos superiores, los destellos se hacían mas violentos mientras que el avión emitía sus descargas estáticas fuera del fuselaje, pese a encontrase sujeta por el cinturón de seguridad su frágil cuerpo brincaba de manera incontrolada sobre el asiento, de pronto sus ojos desorbitados vieron estupefactos un destello inusualmente luminoso sobre uno de los motores del ala derecha, seguido de una bola de fuego amarilla , simultáneamente se dejo escuchar un horrísono estridor a metal desgarrado , y contempló espantada como el ala ondulando se desprendía del fuselaje, primero pareció el brazo dislocado hacia arriba y atrás de una imaginaria marioneta, para luego alejarse arrastrada por el viento, perdiéndose de su mirada, solo quedaba a la vista un retorcido muñón metálico, como una horrible boca desdentada intentando morder el espacio, de inmediato la proa de la nave se inclinó en dirección al suelo colocándose el avión casi vertical y empezaron a caer a gran velocidad, escucho a su madre gritar llena de pánico... “ Esto es el final”, uniéndose al coro de otras gargantas que también gritaban espantadas, de manera instintiva se sujeto la cara con ambas manos mientras una fuerza ciclópea la empujaba contra el respaldar del asiento, el ruido de los motores que aún quedaban unidos a la estructura, se torno sumamente intenso y llegaba a sus oídos con gran estrépito, sintió un golpe de aire contra su piel y gruesas gotas de lluvia comenzaron a mojarla, los relojes marcaban las 12.36 p.m. del 24 de Diciembre de 1971, ……faltaban escasamente 11 horas con 24 minutos para la noche Navidad.
Mas atrás, en su asiento de la parte posterior , Teodoro Sumar, pese a tener los párpados cerrados, fue cegado por un intenso destello de luz , y simultáneamente se sintió empujado violentamente en su asiento , y una intensa corriente de aire y lluvia golpeó su cara , mientras lo que quedaba de la parte que ocupaba se precipitaba a tierra, supo entonces sin lugar a dudas que el aparato se había fragmentado y solo un milagro lo salvaría, lo que cruzo por su mente en esos momentos finales lo guardaría celosamente para siempre.
En alguna parte el fuselaje ya se había fracturado, y la cabina de pasajeros había quedado expuesta a la intemperie, todo lo que no estaba sujeto iba de un lado a otro como si fuesen unas aterrorizadas aves dentro de una grotesca jaula, los gritos de terror se confundían con el estrépito de los motores y el rugir de la tormenta y el pánico fuera de todo control se apoderó de los pasajeros, y casi todos adquirieron en estos momentos finales, plena conciencia de su desesperada situación, ya no verían mas a sus familiares que ansiosos y ajenos a lo que sucedía los aguardaban para la cena Navideña, los mas jóvenes veían terminar abruptamente todos sus futuros planes, los mayores cerraron resignadamente los ojos mientras se preparaban para el impacto final, mas de una oración afloro a sus labios y el Divino nombre de Dios fue pronunciado repetidamente por muchas bocas en una última plegaria.
La tripulación en la cabina continuaba aferrada a los timones, mientras que la proa apuntaba casi verticalmente al cielo, ningún control ya respondía, y atravesaban de espaldas a gran velocidad el manto de nubes que los separaba de la tierra amazónica, que abría sus fauces para engullirlos, lo último que sus ojos contemplaron fue un cielo gris y tormentoso sobre ellos, mientras sentían que se hundían en el océano verde de la jungla que los aguardaba mas abajo.
De improviso Juliana se encontró fuera del avión, sujeta firmemente a su asiento, por el cinturón de seguridad, a su izquierda permanecían los dos asientos de la misma fila, pero su madre y el señor gordo que antes los ocupasen, habían desaparecido, tenía la sensación que la aeronave la había abandonado, se había marchado siguiendo su propio camino , mientras ella quedaba completamente sola en el espació, los tres asientos que permanecían juntos, por efecto de la aerodinámica, al tener solo peso en un extremo, empezaron a caer dibujando en su caída un alargado tirabuzón, enroscándose sobre si mismos, como si siguieran la huella de un sacacorchos, Juliana veía por escasos momentos, como se acercaba a ella el follaje de los árboles, de un verde intenso y que parecía girar a sus pies , Dos cintas marrones cruzaban intermitentemente su campo visual mientras sentía golpear violentamente el aire y la lluvia contra su rostro, intentó seguir viendo pero sus ojos se inundaron de lluvia, quiso gritar y al abrir la boca el aire inflo sus carrillos desfigurando su cara, luego sintió como en un sueño estar flotando dentro de una negra caja, y rebotaba una y otra vez contra sus paredes, arriba...abajo, a la derecha a la izquierda, como si fuese el dado de un cubilete agitado por las manos de un diabólico crupier, un ruido atroz la atormentaba y perseguía, esta pesadilla se prolongaba sin encontrar descanso, no estaba en condiciones de saber que no se trataba de un sueño, si no de su frágil cuerpo, aun sujeto al asiento que giraba y giraba empujado por la turbulencia de la tormenta, era como estar sentada en un carro Chacón de feria que golpeaba contra uno y otro lado, mientras caía y caía, mas atrás caía también el ala del avión girando locamente impulsada por uno de los motores que permanecía sujeto a ella, y que aún funcionaba , como si tuviera vida propia , tejiendo arabescos en el aire mientras la acompañaba en su viaje a tierra.
En medio de un estrépito a ramas destrozadas cayo al suelo y aun consciente sintió como daba volteretas en el aire hasta quedar boca abajo, sintió con desagrado la presión del cinturón contra su abdomen el que la sujetaba firmemente al asiento, y una mano piadosa la hizo perder el conocimiento.
El resto de la nave se había fragmentado y caído pesadamente en diversos lugares de la jungla dentro de un amplio radio de terreno, la selva engullo los fragmentos y los árboles cerraron las cremalleras de sus altas copas sobre ellos, solo el alborotado grito de las aves que vieron interrumpido su reposo delataba lo que acababa de suceder, pero poco a poco hasta ellas retornaron a sus ramas, y solo el golpeteo de la lluvia contra las hojas se dejaba escuchar monótonamente, mas arriba el cielo pese a ser el medio día, permanecía oscuro , cubierto por un cielo raso de negras nubes, que se alejaba empujado por el viento, de su seno , de vez en cuando eructaba el sordo ruido de un trueno.
Indiferentes a la tragedia que acababa de consumarse, los ojos desorbitados de una rana contemplaron por un momento uno de los fragmentos del avión que había caído cerca de ella, y de un ágil salto se alejo perdiéndose entre la hojarasca.
Continúa……………….
Hay dos maneras de difundir la luz
“Ser la lámpara que la emite, O el espejo que la refleja.”
Lin Yutang.
No existe mayor esclavitud que la de aquel que se cree libre, sin serlo. (Goethe)
PALABRAS A INCLUIR
Llullampa
Ocote
Runto
Bucilar
Cutipado
Curziar
Buchisapa
Huihuano
Puricho
Eteco
Pistacho
Puspucho
Ponguete
Pucacho
Bolansho
Picshacho
Pococha
Ojeado
Cocha
Supitero
Sherete
Huicapa
Bayano
Pango
Curzear
Huicapéar
Quiruma
Huihuano
Huinshilla
Humisha
Picshacho
Puspucho
Puca urco
Pucacuro
Chuya lado
Alvarenga
Ishpatero
Bayano
Huiarangas
Quichatero
Buchisapa
Cuzuzapa
Surcar
Chimbar
Puricho
Ocote
Runto
Potocha
Potolomo
Sheretero , Sherete
Restinga
martes, 6 de enero de 2009
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Mi estimado Juan donde puedo seguir leyendo la segunda parte, pues dice continua pero no dice donde hacer click, el relato sobre LANZA es muy interesante y me gustaría terminarlo, saludos cordiales.
ResponderEliminarMis padres iban a viajar en ese vuelo pero no lo hicieron por que mi abuela materna se enfermo gravemente, muriendo el 7 de Enero, a las dos semanas murio mi abuela paterna tambien, a mis padres les avisaron cuando ya estaban en el aereopuerto, hasta hace unos años atras, recuerdo haber visto esos boletos, sin haber sido usados gracias a Dios, creo que mis abuelas los salvaron de tomar ese vuelo....
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