martes, 6 de enero de 2009

JUANECO Y SU COMBO

LA INTELIGENCIA ME PERSIGUE…,,, PERO YO SOY MAS RAPIDO

A escasos 100 metros de mi casa, y poco antes de la bajada de ashna caño, había una construcción de dos pisos, con un amplio balcón en el segundo piso, allí moraba Don Juan Wong Paredes , (Iquitos 1917, Pucallpa 2004) Juaneco para el resto de los mortales, (nombre con el que popularmente se le conocía) un acriollado nieto o hijo de asiático, un hombre jovial, al que solía verlo conduciendo un vetusto camión, con mas ruido que potencia, en el que transportaba los ladrillos que producía en su fabrica artesanal ubicada en el kilómetro cuatro de la carretera a Lima, aquella que aun no se llamaba Federico Basadre, para mas señas en la entrada al desvío a Yarina cocha, la que transitaba por aquel entonces por un hermoso paraje cubierto de lianas, y al costado de una inmensa lupuna, que se asentaba a tierra con una aleta que semejaba la cola de un avión, que apuntaba sabe Dios desde hacía cuantas décadas o siglos, hacia el cielo, y en cuya copa podían verse colgando los nidos de los vistosos Paucares, una zona de tierra arcillosa, con unas cochas ( lagos) pequeñas , que solían invadir la precaria trocha haciéndola intransitable, frente a el se ubicaba el fundo de los Prieto, un tesonero gallego dedicado a la crianza de ganado, y que habiase asentado en esa zona, convirtiéndola en un oasis asemejándolo a las rías de su Galicia natal, había un disimilitud grotesca entre ambas propiedades, una de tierra roja, dedicada a los ladrillos y la otra, negra y fecunda dedicada al ganado, un propietario asiático criollo, melómano y sociable, y el otro un Hispano, recio, de escasa talla y misógino, y que daría material suficiente para otra narración.

A Don Juaneco lo conocía de eventos sociales donde hacia acto de presencia para amenizarlos con sus dotes de eximio solista ejecutor del acordeón, en mas de una oportunidad me deleité escuchando las melodías que le arrancaba a su vistoso instrumento, que se inflaba y desinflaba, como la papada de un sapo Hualo, pero emitiendo sonidos embelezantes, a mis ojos y oídos de niño, aquello me parecía maravilloso, como hacia bailar el fuelle del instrumento entre sus toscas manos de ladrillero, con un rítmico danzar del tercio superior de su cuerpo , con la cabeza inclinada mirando embelezado las arrugas del viejo aparato, compañero desde quien sabe cuanto tiempo atrás, y probablemente autodidacta en su destreza.

Con frecuencia pasaba por la acera de su casa, de la que en muchas tardes solían salir los compases de extrañas melodías , pero muy agradables al oído, en ocasiones me detenía unos minutos para disfrutar de este gratuito entretenimiento, ignorando que entre esas cuatro paredes se estaba gestando un conjunto musical, preconizado por sus hijos, quienes habían heredado su talento para la música , y que daría mucho que hablar tanto por su rol innovador en la música tropical regional, como por el marcado infortunio que acompañó a sus integrantes.

Juaneco Wong Popolizio, maestro en el teclado , hijo de Don Juaneco, reclutó a Noe Fachin (El Brujo) en la primera guitarra, Wilindoro Cacique la primera voz , Rosendo hidalgo, cimbalista, a Walter Domínguez, un profesor rural que oficio de bajista del grupo , Juvencio Pinche en la percusión (conga) y Wilbert Murrieta como segunda guitarra , su éxito lo atribuyo a la innovación musical que representa la cumbia amazónica, la que cantaba a su tierra, a su gente, con ritmos Colochos con incrustaciones de la zamba Brasileña (Escuchar mujer hilandera) , teniendo como substrato los ritmos nativos, y la alegría contagiante de su gente, esto los hace internacionales, llegando a actuar en Venezuela, Brasil, Colombia y Ecuador

Conformando un conjunto al que denominó JUANECO Y SU COMBO , por aquella época el sufijo Combo, podía tener a nivel popular varias acepciones, una vinculada al acto de alimentarse ( Combo comida) y otra mas agresiva relacionada con la palabra comba (artefacto de albañilería, especie de martillo gigante destinado a romper a golpes piedras o pedazos de mampostería) meterle a alguien un combo, se interpretaba con pegarle a puño limpio o con interpósito artefacto, por extensión se denomino combo al instrumento con que se percutía el tambor (darle con el combo al bombo) me inclino a pensar que lo de Juaneco y su combo, iba mas por esta acepción , que termino aceptándose como Juaneco y su conjunto.

Este afiatado conjunto irrumpió en el ambiente musical local como una respuesta a los Mirlos de Iquitos, que hacían furor en las fiestas del José Pardo y el Amazonense en la Capital Loretana , y así Pucallpa lanzo a la palestra a su propio elenco, el cual debuto inicialmente en las fiestas populares de los locales de Auxilios Mutuos, Estibadores, Pescadores, la Dirección zonal, famosos lugares donde se tahuampeaba ( Tahuampear ir a bailar, disfrutar y beber, socializar) medio Pucallpa y la otra mitad también , lanzándose luego al ámbito nacional, incursionando en Tingo Maria, Huanuco, Tarapoto , Iquitos y Lima, catapultados por al estrellato el fervor de sus seguidores.
En aquella época segunda mitad de la década de los años sesenta, recién regresado a Pucallpa, estaba aún desconectado de los nuevos aires musicales que circulaban por la región, y estando cumpliendo mis labores médicas en el cuartel que teníamos en el Kilómetro 11, (Cuartel El Infante, Cia. De Infantería N. 7) una mañana cualquiera del mes de mayo o junio, se me acercó mi entrañable sub. Oficial Ramírez, el enfermero que fungía de amigo, consejero y asistente, y con su peculiar manera de decir las cosas, enmarcándolas con un aura de misterio, me dijo…. Mi capitán hay un joven que quiere hablar con Vd., es el Sr. Juan Wong Popolizio…. La verdad al mencionarme el apellido, pensé en el padre, Don Juaneco Wong Paredes, … pero aquello de joven no calzaba, al ver mi gesto un tanto intrigado, se explayó un poco mas,…. Es el hijo de Juaneco, y me ha pedido que interceda ante Ud. Pues es el hijo del Director de la orquesta Juaneco y su combo, a mis oídos aquello continuó siendo intrigante, pues nunca hasta entonces había oído mencionar a tal conjunto, ni mucho menos con ese nombre tan exótico, Sabe Ud. Me dijo, se trata del Servicio Militar, por aquella época no era extraño que se me acercasen amigos de mi padre, o simplemente antiguos conocidos a solicitarme obtener una dispensa del Servicio para sus hijos, sobrinos o hermanos menores, que estando en edad de servir habían sido llamados, aduciendo verdaderas o fictas enfermedades o problemas familiares, y como quiera que en Pucallpa había un exceso de jóvenes voluntarios, no resultaba difícil atender a alguna de esas solicitudes, que se ajustaban a los requisitos que la Ley del SMO (Servicio Militar Obligatorio) contemplaban para las dispensas o excedencias del caso, como quiera que se trataba del hijo de un hombre por el que guardaba un especial recuerdo, le dije que lo hiciese pasar.

Después de un breve intercambio de saludos y mención de temas comunes de nuestras vidas , paso al meollo del asunto, tenia un problema ( Me traiciona la memoria y no recuerdo si era personal o de alguno de los integrantes de su conjunto) pues había sido llamado a filas, y esto comprometía a su incipiente orquesta, y frustraba sus planes a futuro y los compromisos adquiridos, me explico con lujo de detalles la naturaleza del problema, mientras yo lo escuchaba contemplando su rostro juvenil, con un leve trazado oriental en sus ojos, en su mirada sincera, y en su nerviosismo al expresarse, se notaba lo cuesta arriba que se le hacia exponer su solicitud, en definitiva me pedía que lo ayudase no mutilando a su conjunto, pues esto lo afectaría mucho.

Sin comprometerme a nada, pero sin matarle las esperanzas lo vi. marchar un tanto preocupado, mientras Ramírez lo acompañaba, seguramente ofreciéndole sus buenos oficios y manifestándole lo buena gente que solía ser yo en algunos casos.
Ramírez era un dedo cuando algo se le metía entre ceja y ceja, y el problema de Juaneco Wong Hijo lo había asumido como propio, y buscaba cualquier resquicio para traerlo a colación, supongo que acabó obteniendo su cometido, pues pasado el periodo de reclutamiento, no se volvió a hablar mas del asunto, y yo lo olvidé por completo.
A principios del mes de julio se acercaba el cumpleaños de mi esposa y en casa estábamos en los preparativos para agasajarla, ya teníamos previstos a los invitados, amigos y compañeros de trabajo, el menú y la bebida ya se había encargado, y la música la pondríamos con el tocadiscos familiar y nos discos de moda previamente adquiridos, prácticamente todo estaba previsto, hasta que dos días antes del ágape, Juan José, se me acerca risueño y siempre con esos aires de misterio muy propios de su personalidad, y a soto voche me dice, mi capitán, para el cumpleaños de la patrona le tenemos una sorpresa………, bueno pregunté…. De que se trata…. El muy dueño de la situación y sonriendo enigmáticamente va y me dice…. Sorpresas son sorpresas… tan solo le digo que por la música no se preocupe.

Como siempre logró dejarme intrigado, pero pensé que tendría algunos disco que quería aportar para la fiesta, o tal vez la participación de algunos soldados que tocaban guitarra, así las cosas pasaron los días, y la tarde del onomástico, me tocan la puerta los invitados, y entre ellos aparece Juan José con Juaneco…. y detrás de el todo su combo….. menuda sorpresa y menuda forma de agradecer, Imagino que rostro de sorpresa pondría, que me quede como congelado, y la verdad es que esta inesperada visita nos amenizó la reunión, y pudimos disfrutar de Juaneco y su música en vivo en directo y en privado, yo no sabia como agradecer este gesto, e insistí en abonar sus honorarios, que aunque no estaban en mi presupuesto, me pareció lo mas justo, sin embargo Juaneco y todos los integrantes de su grupo parecían mas agradecidos que yo mismo, y el mencionarles dinero los ofendía, Juan José a todo esto tenia los ojos brillantes de picardía, y posteriormente me contó que todo estaba programado desde un inicio, parece ser que lo primero que se les ocurrió a los integrantes de la orquesta fue hacer una chanchita ( juntar dinero con aporte de todos) para gratificarme por el favor, pero Juan José los desalentó, pues conociéndome sabia que esto seria contraproducente, ya que según su criterio, su capitán era mas verde que los mismos verdes, así que de Motu. Propio aventuró su sugerencia, de la que me mantuvo al margen, pues sabía que tampoco la habría aceptado, así que muy campante el día del cumpleaños se apareció con todo el grupo, y ni modo, aplicó la política de los hechos consumados.

Por supuesto que los invitados comentaban lo buen anfitrión que había sido, pues además de buena mesa, y buen trago, había llevado a casa a la orquesta de moda, cuando así se expresaban, yo cambiaba de conversación pues en mi fuero interno sabia que yo estaba tan sorprendido como ellos, y de pronto me había convertido en deudor de Juaneco y su combo.

Quizás si la historia hubiese sido diferente y juaneco o algunos de sus músicos (sigo sin recordar de quien se trato) hubiese tenido que cumplir dos años de SMO, en esa época, cuando recién se iniciaban, tal vez distinto habría sido su destino, por ello a veces me entra cierto orgullo al recordar que accidentalmente yo también colabore con el éxito de Juaneco, así son los enigmáticos caminos de la vida.
• Sus pegajosos ritmos, derivados de la cumbia colombiana, evolucionaron en la cumbia amazónica, con la amalgama de los ritmos nativos , cautivaba a sus seguidores y a quienes no lo eran, dándole un toque autóctono, el que acentuó mas adoptando la cushma (vestimenta) shipiba como parte del atenduo de sus integrantes, posteriormente las jóvenes de su coro se vestían con la pampanilla (falda indígena de color blanco decorada con motivos geométricos, en color negro generalmente) la que muy pronto sustituyeron por minúsculas tangas y ceñidos tops, que realzaban su exótica belleza, con lo que fácilmente se le identificaba con la región de la que procedía, fue uno de los primeros que valorizó la cultura nativa sacándola del ostracismo en que hasta entonces se había mantenido, y me atrevo a decir que empezó a crear conciencia de orgullo regional, donde lo autóctono comenzó a brillar con luz propia, y los nombres de sus canciones se vinculaban con mitos o costumbres y personajes regionales, así tenemos Me robaron mi runa mula, linda nena, Ya se murió mi abuelo, El llanto del Ayaymama, mujer Hilandera, Vacilando con Ayahuasca, El brujo, por mencionar solo algunos de sus muchos éxitos.
El año 1976, después de actuar por las fiestas del día de trabajador, un dos de Mayo se embarcan para retornar a Pucallpa, parte del grupo (5) en una avioneta de la compañía SASA, desde San Ramón, esta aeronave se accidento, muriendo todos sus ocupantes, sin embargo por azar del destino, Juan Wong, Wilindoro Cacique Juvencio Pinchi y Rosendo Hidalgo, tomaron la ruta terrestre hacia Lima, salvándose de este fatal percance, y ellos recompusieron el grupo, entrando Fernando Mora el pucacho (colorado) como primera Guitarra, el cual continua hasta la fecha acompañando a Wilindoro en sus presentaciones , posteriormente toma la batuta el Hijo de Juan Wong Paredes, Juan Wong Popolizio, hasta su muerte el 1999

Juaneco y su combo ocupan un lugar destacado en la cultura regional, pero hasta ahora es victima del olvido en la memoria oficial, en cambio se mantiene integro en y vigente en el recuerdo popular, sus canciones siguen sonando en los medios, y no solo los mayores, si no también los jóvenes están rescatando sus canciones, y los sobrevivientes de este conjunto son solicitados para algunos eventos donde el calor popular les rinde un merecido homenaje; sin embargo me pregunto, y este cuestionamiento lo hago extensivo a quienes tienen en nombre del pueblo que los eligió la responsabilidad de hacerlo, y me pregunto si es que los integrantes de este conjunto, nacido de ese pueblo que los acogió y encumbro y los mantiene vigentes, no se merecen un reconocimiento que haga justicia a sus meritos, creo que ya va siendo hora que una plaza lleve su nombre, no tanto para levantarles un monumento, pues ya lo tienen en nuestros corazones , si no como muestra de nuestra gratitud por tantas veladas que amenizaron en nuestra vida, por sus pegajosas canciones que hicieron vibrar nuestras emociones y danzar a nuestros cuerpos, por esas memorables tahuampeadas, donde solo la cerveza era mas abundante que el sudor que emanaba de nuestros cuerpos, al calor de nuestra región.

Y dale juaneco………… síguele dando a tu combo, que donde te encuentres estarás haciendo bailar por la eternidad a tus compañeros de estadía, acompañado por los 5 integrantes de tu orquesta que volaron a la eternidad en algún lugar de la selva entre San ramón y Pucallpa, con los hijos que perdiste en el accidente de LANSA, con tu hijo dilecto fallecido en Ayacucho de un traicionero infarto, en 1994, allí estas donde ya la tragedia no te puede alcanzar, mientras los que quedamos en esta tierra colorada, nos conformamos con escuchar las pistas gravadas de esas canciones memorables…. Y dale juaneco……

2 comentarios:

  1. que buenas historia estimado ... gracias.

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  2. No hay nada más satisfactorio, que poder decir que en mi tierra existe una leyenda, una leyenda que no solo canta sí que cuenta historias gracias juaneco y su combo gracias por enseñarnos que no importa de donde seamos siempre podemos cumplir nuestros sueño, y gracias a ti por esta hermosa historia

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