Dedicado a Braga y su quena , a Ladico, y Cayetano con el saxo Juaneco y su acordeón, y a todos aquellos que con sus instrumentos alegraron nuestras vidas
TODO TIEMPO PASADO FUE ANTERIOR … tiene alguna duda ?
D
on Ladislao, mas conocido como “ El Viejo Ladico “ vivía en el Jirón Coronel Portillo, a espaldas del Mercado número uno y frente a la casa de mi entrañable amigo juvenil Lucho Cauper, la verdad que no me hubiese familiarizado con él, si no hubiese sido por la atracción que despertó en mí una se sus hijas, cuyo nombre por decoro prefiero no mencionar, corría el año 54 y sin olvidar los juegos propios de la infancia, ya empezaba a despertar en mi la normal atracción por el sexo opuesto, y los amores platónicos empezaban por la vía epistolar, la que se iniciaba tras unas furtivas miradas cargadas de intensas emociones , y para no variar el protocolo ya establecido ella y yo comenzamos a cartearnos, correspondencia que se encargaba de transportar cómplicemente la Hermana de Lucho, aunque no desinteresadamente, pues yo tenía que hacer lo propio con su correspondencia para el Príncipe azul que le quitaba los sueños, en realidad existía entre los muchachos del pueblo una red postal que hubiera sido la envidia de la Post Office Americana.
Así llevábamos unas semanas de intercambiar misivas, separados siempre de una acera a la otra, que era la mínima distancia a la que nuestra timidez nos permitía, desde ahí la contemplaba , escondido detrás del cerco de los Cauper mientras intercambiaba con Lucho comentarios que pretendían ser procaces, veía su reacción cuando le entregaban mi carta y depositaba la suya, nos deshacíamos en interminables conversaciones sobre lo que sucedería el día que pudiese tenerla entre mis brazos y estrenar mis labios en los suyos, incluso proyectábamos imágenes mas sensuales pavoneándonos de nuestra recién estrenada adolescencia, y así teníamos tema para llenar nuestro tiempo durante dos o tres días al cabo de los cuales se repetía el rito, En esto andábamos cuando se presentaron las Fiestas de carnaval, que marcaban el casi final de las vacaciones, y para las cuales se hacían en el pueblo grandes preparativos, Fiestas que duraban todo el mes y que daban licencia para una serie de actividades, que sesudas matronas y serios caballeros no se hubieran permitido en otras ocasiones, los fines de semana estaban enmarcados por Bailes populares y particulares, a donde se acudía con atuendos que se venían preparando desde 2 a tres meses antes para esa ocasión, y como era de esperarse mi Familia no estaba al margen de ello, y desde hacia ya unos días, a mi hermana y a mi nos habían llevado donde la esposa del Sr. Sifuentes, peluquero de la ciudad, la que colaboraba con los ingresos del hogar como modista, y a mi me estaban confeccionando un traje de Cow Boy, y a mi hermana uno de princesa o algo parecido, con un vestido que llevaba una amplia falda con unos anillos metálicos circulares en su interior, que de tan grandes temía yo le impedirían pasar por la puerta de ingreso a la fiesta, lo que me daba argumentos para tomarle el pelo con la crueldad que es común a esa edad.
En una de nuestras numerosas misivas, ella me comunicó que acudiría a la fiesta juvenil que se llevaría a cabo en los salones del Club Sport Loreto el Domingo 16 de Febrero a las 4 p.m. Hora exacta, sito en el Jirón Raymondi esquina con Atahualpa, al que se debería acudir De Disfraz, tal como rezaba en las invitaciones que se distribuían con tal fin, fiesta organizada por el Club, pro fondos para adquirir trajes deportivos para el elenco futbolístico, y me preguntaba si yo acudiría a ella, hasta entonces lo de la confección del disfraz y la fiesta me había tenido sin cuidado, pues esto era algo que sucedía con regularidad cíclica anualmente, pero a partir de allí adquirió nuevas connotaciones y una importancia que hasta a mi me sorprendió, y al volver a casa , a la hora de la cena , como quien no quiere la cosa, solté la noticia del baile del Club Sport Loreto, mi madre me miró detrás de la jarra con que estaba sirviendo el refresco pero no dijo esta boca es mía, mi padre continuó comiendo como quien ha oído llover, y me hermana, cuando no, se agazapo detrás sus ojos dispuesta a abordar el barco de mis pensamientos para adivinar que me traía en mente...... , en vista del éxito obtenido, me regrese por donde había venido e hice mutis en todos los Idiomas; Sin embargo esta primera acción solo había tenido como cometido el pulsar la muralla que debería derribar, pues mis padres tenían planeada para nosotros la asistencia a otra Fiesta muy diferente, organizada por el Club de Damas de Pucallpa, y que se llevaría a cabo en el local del Hotel Mercedes, con los altruistas fines de recaudar fondos para sus obras asistenciales, por ello desde el inicio aquello parecía una batalla pérdida.
Pero si no puedes asaltar la fortaleza por el frente, no te queda otra que flanquearla, así que con el escaso tiempo que me quedaba me trace un plan estratégico que podía llevarme a obtener mi cometido, el primer obstáculo a vencer sería convencer a mi hermana para que se uniese a mi deseo, así que sin soltar prenda empecé a negociar con ella en un tira y afloja que dejaría pequeña las negociaciones entre Árabes y Judíos, si ella hubiese tan siquiera barruntado que mi interés obedecía motivaciones románticas con seguridad se hubiese opuesto taxativamente a colaborar conmigo, pues entre sus planes no estaba el compartir a su hermano con nadie, y mucho menos con una chica fuera del círculo de sus amistades , lo que me condenaba de antemano a un ostracismo sin remedio alguno.
No recuerdo a cual de mis ardides recurrí en esa ocasión, matizados por una hipócrita adulonería, y aceptarle jugar a la cocinita y a las ollitas en mas de una oportunidad, el caso es que unos tres a cuatro días antes de la fecha esperada, se me acerco muy autosuficiente y a boca de jarro me aspetó, El domingo vamos a la fiesta del Sport Loreto, de la impresión casi me da un patatús, pero después recapacitando caí en la cuenta que como traía embobado a mi Padre, este no le pudo negar el deseo a su consentida; Esa tarde nos llevaron a las últimas pruebas de los disfraces, los recogimos calientes aun por el planchado, y tan solo se me dijo, ...Tendrás que cuidar a tu hermana.... , para mis adentros pensé,... con el vestido que va a llevar lo mas cerca que podrán arrimársele será a un metro de distancia, ya tenía pues parte del problema resuelto, lo demás era coser y cantar. Comunique epistolarme a mi Dulcinea que nos encontraríamos en la fiesta, a partir de entonces se me presentó otra gran preocupación que me quitaba el sueño... Como debería comportarme ??, pues en estas cosas del amor yo estaba por estrenar , se me quitó el sueño, se me fue el apetito , y empecé a recapacitar si había sido una buena idea la de cruzar la calzada que nos separaba y encontrarnos cara a cara , creo que hasta pensé en enfermarme con tal de no asistir, deseaba que lloviese como solía hacerlo en aquella época y se aguase la fiesta etc. etc. etc.
Llegó muy a pesar mío el domingo de marras, nos colocaron los consabidos disfraces, mi madre dibujo sobre mis labios un negro bigote con el carboncillo de un corcho quemado, lo que a su entender le otorgaría mas carácter a mi atuendo, y Así, mi hermana y yo acompañados por una empleada nos dirigimos al local del club Sport Loreto, supongo que seriamos la pareja mas dispareja, pues dudo que se haya dado en la historia la posibilidad a una Princesa regiamente vestida, de caminar al lado de un Cow Boy,. Mi hermana recogía con ambos manos su falda para evitar arrastrarla por el suelo, y yo descansaba las mías en las dos pistolas que me pendían a los costados de la cintura, tratando de imitar a Roy Roger, o al Llanero Solitario, tal cual los había visto hacer en el cine. Al llegar a la reunión, Lucho me aguardaba en la puerta, mirándome con el único ojo útil que tenía, pues el parche de su disfraz de pirata lo había dejado chejo de momento, mientras que con una de sus manos cómplicemente me hacia señas señalando hacia el interior, dándome a saber que ella ya se encontraba ahí., yo sonreí Don Juanescamente o al menos eso me pareció a mi, pero temía que los demás concurrentes escucharan los taquicárdicos latidos de mi corazón, o el entrechocar de mis nudosas rodillas, afortunadamente adentro todo era algarabía y cien gargantas emitían sonidos al unísono, mientras se tiraban al aire las cintas multicolores de papel de las serpentinas y un perfumado olor a talco y éter llenaban el ambiente desprendido de los chisguetes de marca Pierrot y Colombina que se empleaban profusamente en esa época, y que nos obligaban a usar protectores antifaces de transparente plástico para proteger nuestros ojos de sus irritantes efluvios , otorgándonos una apariencia facial muy divertida, el ambiente era festivo, y la variedad de disfraces tan inagotable como la imaginación de nuestros progenitores, Mi hermana se encontró con algunas de sus amigas, circunstancia que aproveche para buscar a Julio y cogiendo un vaso de gaseosa helada de los que repartían generosamente me acerque a donde lo había visto, después de entrechocar nuestros vasos como si fuesen de Whisky, me cogió de la camisa y sin darme tiempo a ofrecer algún tipo de resistencia me llevó hacia un grupo de chicas que se reían bulliciosamente, entonces la vi, sentí una oleada de intenso calor subirme al rostro, me prendí como una bombilla de luz, y notaba una incomoda picazón en las orejas , lucia radiante y hermosa, con su piel color canela y sus ojos de un marrón muy claro, la habían maquillado con un leve rubor que ninguna falta le hacia ,y sus labios lucían un rojo intenso como la piel de un Humarí , y su negro cabello colgaba sobre sus desnudos hombros, llevaba un disfraz de Hawaiana que le otorgaba una belleza especial, tenía el torso cubierto tan solo por un pequeño brasiere que tapaba solo lo mínimo indispensable , sus incipientes pechos luchaban por escaparse de la prisión en que los habían metido, su firme y terso abdomen mostraba impúdico el diminuto hoyuelo del ombligo, y mas abajo sus muslos asomaban curiosos entre las cintas de tela de su falda , redondos y rotundos, eran dos hermosas columnas que terminaban en sus diminutos pies descalzos, mientras que uno de sus tobillos lucia un collar de blancas perlas anudada en dos vueltas, cual una diminuta serpiente asida a ella, Lucho me murmuro al oído....te doblaste flaco ... y de puro anonadamiento creí que me había inclinado y casi di un salto para erguirme, supongo que estaría con mi mejor cara de estúpido dominguero, con la boca tan abierta que me hubiera podido tragar una sandía sin partirla en trozos, de ahí en adelante mis recuerdos parecen sacados de una película en cámara lenta, la voz se me atravesó como una espina en la garganta, alargue mi mano hacia la suya y a su solo contacto una anguila eléctrica se me introdujo en todo mi cuerpo, mientras que la mano izquierda trataba de asir desesperadamente un rebelde vaso de gaseosa que quería escapárseme de entre los dedos, supongo que si ella no reparo en mi deplorable estado anímico, fue por los mismos motivos que yo lo padecía, veía la nuez de su garganta subir y bajar como queriendo empujar hacia arriba unas palabras que no llegaba a emitir .... y en este estado de cosas se arrancó la orquesta con un alegre pasodoble, llegando nítidas a mis oídos las notas emitidas por un saxofón que se lucía, Lucho arrancó de mi mano el vaso que asía desesperadamente , y sin soltarnos de las manos nos dejamos llevar por la música mientras el pulido cemento del piso se convertía en una blanca nube sobre la que ambos flotábamos cadenciosamente, y así transcurrió la mas maravillosa de las tardes de mi infancia adolescente, mientras mi mano rodeaba su delgada cintura y su piel se deslizaba bajo la yema de mis dedos con la suavidad de un terciopelo, nos dijimos todo lo que nuestros juveniles corazones guardaban para sí, hablamos de planes destinados a la eternidad que forjaríamos juntos , y entre pieza y pieza musical no desanudábamos nuestras manos por temor a romper el hechizo o que nos separasen, pasaron las horas y conforme la noche se cerraba aumentaba mi terror a que se pusiera fin al encantamiento , como a las 10 de la noche se anunció la finalización del evento y al despedirnos me atreví a darle un furtivo y fugas beso en sus labios que me supo a poquísimo, y sin separar nuestras miradas hasta que la distancia nos obligó a ello nos alejamos lentamente el uno del otro.
Cauper se me acercó embutido en un ya maltratado y sudoroso traje de pirata, que había sucumbido a los abarates de la tarde .... y me dijo ........tremendo pendejo habías resultado.... lo que es su viejo ya te ha tasado......, cual viejo le pregunte sorprendido, pues yo no había visto a su padre por ninguna parte, aunque en honor a la verdad si se hubiese encontrado a nuestro lado tampoco lo hubiera visto, pues desde que tome su mano hasta que la solté al finalizar la fiesta, para mi no había existido nadie mas,.... en la orquesta pues zonzo......el viejo Ladico....el del saxo. Recién entonces reparé en este personaje, que todo vestido de blanco sujetaba con ambas manos un brillante saxo en el que sus dedos se deslizaban de una tecla a otra como si contaran con una vida independiente a la de su dueño y que animó la que fuera la mas hermosa fiesta de mi aún corta vida .
Las Vacaciones a partir de entonces transcurrieron con la velocidad de un rayo y su final se acercaba como se acerca el abismo a un coche sin frenos, me vi con ella algunas veces más, a la salida de Misa,.. A la salida de visitar a alguna amiga (imaginó que en su casa estarían asombrados de lo sociable que se había vuelto, pues comenzó a visitar a cada una de ellas) en el cine, en el Mercado y de las mil formas que inventábamos para hacerlo, imaginando que engañábamos a todos, cuando lo mas probable era que lo supiese todo el pueblo, y con seguridad lo tomaban como lo que era, cosas de muchachos.
Volví a Lima a continuar mis estudios, y su recuerdo se fue ocultando poco a poco escondiéndose detrás de nuevos amores, pero ahora con el tiempo transcurrido el de ella sigue aún vivo, mientras que muchos de los que vinieron detrás han desaparecido entre las páginas cada vez más amarillas de mi memoria.
Y ahora pienso en las múltiples veladas que animo Don Ladislao, cuantos romances acunaron las notas de su saxo, cuantos idilios surgieron a su compás, pero ese inolvidable domingo le toco hacerlo para su hija, y ese Cow Boy flaco con un desteñido bigote sobre los labios, que la llevaba entre sus brazos como quien traslada en medio de un estanque los pétalos de una delicada flor. Gracias Don Ladislao por el hermoso marco musical con que adornaste la vida de nuestra querida Pucallpa. Gracias por la tarde inolvidable que me brindaste por partida doble.
Chejo: Tuerto en el léxico regional
Humarí: Fruto tropical de aromático olor y delicada piel de color rojo vinoso.
martes, 6 de enero de 2009
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