martes, 6 de enero de 2009

EL DOCTOR HINUMA TARICUARIMA, EL DICTADOR DE LA TAHUAMPA

*Quis custodoiet ipsos custodes
JUAN ANTONIO ZAPLANA BELLIZZA

ESTE CUENTO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL COMERCIO EN ABRIL DE 1963 Y LO INCLUYO, PUES REFLEJA LA SAGA EN LA QUE FUNDAMENTAMOS NUESTROS RELATOS VINCULADOS A LA TIERRA QUE MI PADRE ME ENSEÑO A AMAR Y POR LA QUE GUARDAMOS EL MEJOR DE NUESTROS SENTIMIENTOS


E
l diáfano cielo de una tarde de verano iba agonizando lentamente, la bóveda del infinito comenzaba a descolgar sus inquietas lumbres, las que semejaban faroles multicolores de eternidad...Frágiles plantas de espigas doradas de maíz eran levemente movidas por la acariciante brisa con un murmullo divino, La chacra de propiedad del chejo (tuerto) Cleto Hinuma Taricuarima estaba colmada de sabrosos frutos , comentaba supersticiosas gentes que eran cuidadas por desertadas y desesperadas almas del temido purgatorio las que al decir de ellos, se encontraban comandadas por el escucha Chullachaqui... el hombrecillo con un pie defectuoso , inseparable amigo de las aves de mal agüero. Con las que solía caminar en comparsa los días martes y viernes, cabalgando todos sobre el mal conformado lomo de la fatídica aya mama (la madre de la muerte).

Cleto Hinuma Taricuarima, el que era llamado por sus adeptos “El Dr. Hinuma” hacía gala de haber obtenido su título académico de los espíritus invisibles de la enmarañada jungla amazónica, tenía fama de hacer curaciones prodigiosas, y decía estar dotado de poderes sobrenaturales y de ser capaz de hacer estallar el arco iris, para marcar con sus múltiples colores a sus posibles enemigos....

La anciana Trinidad Pacaya, a quien llamaban sus adictos Dña. Trini era una antigua moradora de Pucallpa, colaboradora inseparable de Pusangueros , tenia los dedos nudosos como los sarmientos de la soga del Ayahuasca con la que se encontraba familiarizada, y a sus inquietas y huesudas manos se le atribuían también mágicas curaciones, no existía hueso roto que no pudiese remendar , invocando la ayuda de sus amigos, los espíritus del monte, conocía del Pandisho, de la suelda con suelda, la que mezclaba con sebo de alguna boa sacrificada a la orilla de la misteriosa Tahuampa en circunstancias de ingerirse a alguna cimarrona gallina; La andariega y quimbosa Trini se había identificado con la comadreja, cuidador saltón y asustadizo, se emparentaba con el nocturno y alharaquiento sapo Hualo, de cuyos grandes ojos no escapaban los enigmas nocturnos de la selva ni los mas recónditos secretos de los cristianos afincados en la zona.

Hinuma Taricuarima , adoptando posturas raras a la orilla de la anchurosa Cocha, espiaba sus contornos llevándose de encuentro al inasible horizonte mientras colocaba su mano derecha a manera de visera a la altura de su angosta chata y ennegrecida frente, esto sucedía todas las tardes antes que empezara a rondar la oscuridad de la noche, escondiendo en el negro túnel de su boca a toda la floresta, y así en el claro obscuro vespertino empezó esa tarde su reclamo con su cascada voz ... Doña Trini......Doña Trini.....Doña Triniiiii.....hazte presente Doña Trini.... aquí tengo una enferma con mal de monte;....Así llamaba a grandes voces a su colaboradora amiga; La vieja de faz cadavérica envuelta por la aún indecisa bruma nocturna que se levantaba de las aguas del lago y que flotaba ingrávida lamiendo los bordes de su canoa , se iba acercando a la orilla dando vueltas y revueltas en su frágil barquichuelo, mientras hundía el remo acompasadamente en el agua, chassss...chassss..chassss... quebrando su espejo de agua y salpicando las cristalinas aguas con burbujas de chispeantes colores, las había del cálido amarillo de la carne del aguaje, otras del brillante morado del Humarí, o con el verde encendido del Caimito, y aún las había negras como la corteza del Ungurahui, todas se alejaban flotando arrastradas por la brisa, enmarcando el sendero recorrido por la popa de la canoa, en un último impulso la quilla hendió la guama que flotaba como una alfombra verde sobre el agua, atracó la proa en el barro negro de la playa, a donde hundió su remo al cual ato a manera de soga a una descomunal y terrible Shushupe como fiel guardiana de su embarcación.

Los frondosos árboles de coposas y floreadas cabelleras perfumaban el ambiente con un aroma embrujador, mientras que las trompetas de los floripondios colgaban péndulas soplando sus cornetas hacia el suelo en inaudibles notas vinculadas a las prácticas de la hechicería y el curanderismo, todo el ambiente invitaba a una noche sin amanecer ,mientras el blanco ojo de la luna aparecía brillando en el cielo, destacando en su negrura , haciendo juego con el rostro tuerto de Hinuma , mientras su luz inundaba de plata el techo de hojas de Yarina de las chozas; Alumbraba su luz , en medio del patio delantero, a una barbacoa de fresca capirona, sobre la que descansaban unas ramas del buscado pyri pyri, el cuerpo de Ruperta Manihuari, a quien con anterioridad le habían suministrado una fuerte dosis de Ayahuasca, yacía con los cabellos desgreñados y desordenados sobre la vinosa madera , y de uno de los cantos de su gruesa boca corría un hilo cristalino de baba que se deslizaba parsimoniosamente buscando la tierra, mientras que sus ojos abiertos parecían mirar una inasible estrella de las muchas que titilaban en el cielo , la acorralada paciente era sahumada y soplada por todos sus conductos por el brujo y su ayudante, empleando el humo del cigarro de un oloroso mapacho confeccionado con tabaco Tarapotino , mientras entonaban inescrutables cánticos y efectuaban danzas macabras, embriagados de masato, de rato en rato la dolida paciente se contraía espasmódicamente y gritaba ! ah, malditos ! ¡por Uds. tengo mi cuerpo tieso como el de una gata muerta ¡ van a ver....suéltenme...suéltenme... y pataleaba furiosamente acometida de una extraña furia, y así entre cánticos y gritos Ruperta Manihuari se iba despidiendo de este mundo en medio de palabras incoherentes y blasfemias irrepetibles. Así , no sin antes dar un prolongado y terrenal suspiro , entregó su alma al Hurcututo , el cual hacia ya rato , sin separar un segundo sus redondos ojos de la barbacoa que albergaba el cuerpo de Ruperta , aguardaba pacientemente asido a una rama de Tapisho , Taricuarima y la Trini culparon de este hecho a la luna ....por estar preñada de un halo de aguas corrompidas que no había vertido a tiempo,,... Un perro enclenque, cubierto de inmundas lacras con la mirada puesta en las alturas aullaba persistentemente dando el postrer adiós a la difunta.... mientras que con una sus garras arañaba sus cuartos traseros rascándose la caracha que lo cubría como una gruesa capa de lodo seco, Doña Trini levantó en alto un pate colmado de masato y lo bebió de un solo tirón sin respirar ni derramar una gota, a la memoria de la muerta, mientras que el octogenario Cleto Hinuma tambaleante caminaba hacia la maleza dibujando su fantasmagórico perfil entre los rayos de luna que se filtraba desde los árboles, con los sentidos embotados por el masato y guiado por su único ojo , mientras escapaban de su vientre innumerables flatos , con ronca y fuerte voz se dirigía a su sombra que pegada a sus talones lo seguía cual un perro fiel , y confundiéndola con el alma de la desdichada Ruperta , no cesaba de repetir “ No me sigas desdichada” “ No me sigas desdichada”

Caracha: afección de la piel, sumamente pruriginosa, que se acompaña de secas costras (sarna, o tiña de piel)
Chullachaqui: duende de la jungla
Aya Mama: madre de la muerte
Pusanga: pócima a la se atribuyen extraños y románticos poderes., Pusanguero el que elabora la pusanga
Masato: bebida alcohólica confeccionada con yuca fermentada
Ayahuasca: planta sarmentosa de efectos alucinógenos
Pandisho: Árbol del fruto llamado árbol del pan.
Suelda con suelda: vegetal al que se le atribuyen propiedades de pegar fracturas.
Tahuampa: aguas empozadas de terrenos inundables, cubiertas de vegetación.
Hualo: especie de batracio de gran tamaño
Cocha: lago
Aguaje, Humarí, Ungurahui: frutos tropicales
Caimito: Fruto tropical, que posee una sustancia resinosa adhesiva, que pega ligeramente los labios al comerla
Shushupe: serpiente venenosa, (Botrox atroz)
Capirona: Árbol de madera dura de color tinto y olor aromático
Mapacho: cigarro confeccionado con hojas de tabaco negro y fuerte
Hurcututo: ave nocturna vinculada la muerte
Tapisho: árbol del Taperibá, (fruta tropical)
Pate: recipiente confeccionado con la corteza del Huicungo, árbol tropical, y que se usa como recipiente.
Topa: madera balsa

* Quien custodia a los custodios (latín)


























Esta Narración fue presentada al Concurso de Narración Breve, convocado por el Centro Andaluz del Perú, habiendo obtenido el Primer lugar, siendo por este motivo galardonado su autor, en el centro Español del Perú, el día 28 de Febrero del 2007

A Todos los Andaluces que dejaron su tierra, sus hogares y sus familias, atraídos por esta Tierra Americana, en la que refundaron sus vidas, pero sin olvidar sus raíces.
A Don Vicente Álvarez.

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